Las Islas Canarias, con su espectacular
variedad paisajística, son uno de los territorios de España que más espacios
protegidos concentra. Tanto que islas como Lanzarote o Fuerteventura han sido declaradas Reserva de la Biosfera debido a la belleza de lugares tan
maravillosos como Los Hervideros, el monumento natural de la montaña de Tindaya
o las famosas dunas de Corralejo.
Fuerteventura
suma en total más de una decena de
espacios naturales específicamente protegidos a través de los que, de norte
a sur, podemos recorrer la isla al
completo. Se puede empezar por el islote de Lobos -que mira a Lanzarote y al Parque Natural de las Dunas de Corralejo-,
hasta el Parque Natural de Jandía, el más extenso de toda la isla, llegando
a cubrir casi la totalidad de la península que le da nombre y que se encuentra
en el extremo más sur de Fuerteventura.
Esta zona sur, es
tradicionalmente un lugar de turismo
tranquilo que encaja perfectamente con el entorno natural en el que se
sitúan los hoteles. Aquí se encuentran algunos de los mejores hoteles de Fuerteventura como el Iberostar Playa Gaviotas y el Playa Gaviotas Park, dos de los alojamientos más cuidados que
el grupo Iberostar gestiona en Canarias. No obstante, en esta primera fase que
cubriremos hoy, iniciamos el viaje en el conocido Parque de Corralejo.
Al igual que
Jandía, Corralejo es otro de esos lugares de Fuerteventura, donde sus espectaculares dunas han aprendido a
convivir con una excelente infraestructura turística en la que destacan hoteles
del nivel del Barceló Corralejo Bay o los alojamientos de la cadena Atlantis: Dunapark, el
Gran Hotel Atlantis Bahía Real y el Suite Hotel Fuerteventura Resort, todos
ellos a escasos metros del Parque Natural.
Pertenece al
municipio de La Oliva y cuenta con una gran red de senderos que recorren todo el parque, la zona
denominada Grandes Playas, la playa de
Piedra Playa y monumentos como la Iglesia de San Juan Bautista, declarada
Bien de Interés Cultural, entre otros. Son zonas interesantes para la práctica
de deportes acuáticos y el senderismo, sobre todo.
Justo al dejar
atrás las dunas de Corralejo y abandonar esta zona más al norte de
Fuerteventura, si seguimos hacia el interior de la isla encontramos uno de los
monumentos naturales de Fuerteventura más hermosos: el Volcán de la Arena.
Ubicado justo
entre Villaverde, La Oliva y Lajares,
se trata de un paisaje volcánico con vegetación propia y muy característica
(Malpaís). Se permite la subida a la cima del volcán (420 metros de altura), de
hecho merece mucho la pena el trayecto y, sobre todo, las vistas que se pueden contemplar desde
allí: toda la costa norte de
Fuerteventura hasta Lanzarote, incluido.
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