Ubicada al sur de Túnez,
Zarzis representa todo lo contrario a Sousse, Hammamet o Mahdia: es una
zona apenas tocada por el turismo por lo que los servicios turísticos están
mucho menos desarrollados y eso ofrece la ventaja de poder disfrutar de la
auténtica esencia de una ciudad costera tunecina llena de encanto natural.
Zarzis ofrece un litoral
de unos 30 km, con largas playas de fina arena dorada y aguas tranquilas,
un ambiente muy relajado y local, alejado de la afluencia masiva de turistas y
con escasos hoteles en los alrededores. Aunque hay una buena oferta de
alojamientos de 2 y hasta 3 estrellas, pocos son los establecimientos que
ofrecen grandes comodidades ya que el desarrollo turístico todavía está empezando
a dejarse notar.
Para alojarse en Zarzis con
ciertas garantías, una buena opción es buscar cadenas hoteleras conocidas. Por
ejemplo, en la zona de la playa de Ras Marmour, muy cerca de la isla de
Djerba, se pueden encontrar algunos hoteles de Iberostar, como el Iberostar
Safira Palms, lo
que permite tener a mano las dos caras de una misma moneda: los millones de
propuestas de ocio y fiesta que ofrece Djerba y el descanso que garantiza
siempre Zarzis. No obstante, si se prefiere estar cerca del centro, las
alternativas de alojamiento
en Zarzis no
faltan, aunque uno tiene que estar dispuesto a lanzarse a la aventura de
descubrir… y acertar.
La ciudad es tranquila, un
pueblo de pescadores con un gran puerto comercial todavía muy activo: el
más importante en exportación de sal y petróleo de la zona y el último que uno
se encuentra antes de llegar a la frontera con Libia. Eso sí, el turismo está
tan poco desarrollado en la zona que ni siquiera tiene marina deportiva por lo
que, para practicar deportes acuáticos o dar un paseo en barco lo mejor es
apostar por Ras Marmour o bien, directamente, por Djerba.
La gran ventaja de Zarzis es
su paz y el atractivo de poder disfrutar de una verdadera ciudad de Túnez
en todos los sentidos. La villa cuenta con un gran patrimonio histórico
artístico en el que es imprescindible invertir una jornada de ruta cultural: su
medina, su gran mezquita, el museo histórico de la ciudad, el gran zoco
bereber de Mouensa… Y tiene unos alrededores de naturaleza única, como el
gran lago salado, la laguna de El Bibane y el maravilloso Oasis de
Hmadi.
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